Nuevamente es un placer para mi compartir la palabra de Dios. Llevamos un tiempo estudiando el libro de Jueces. Ya terminamos con la vida de Sansón, el ultimo juez del libro y antes de avanzar queremos ver los jueces que están en el salón de la fama del Nuevo Testamento.
“Un Salón de la Fama es un tipo de museo, recinto o listado de personas establecido por cualquier institución para tratar de honrar a personas con logros notables en ese campo.”
Wikipedia
En el libro de Hebreos capítulo 11 encontramos eso, un listado de héroes de la fe, personas que resaltaron en el Antiguo Testamento. Vamos a leer Hebreros 11:32-34:
“32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; 33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, 34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.”
Hemos hablado de Otoniel, Aod, Samgar, Débora, Barac, Gedeón, Jefté Y Sansón. Cuatro de ellos se mencionan en este listado, aunque todos pudieran estar. No por gusto el autor de hebreos dice “¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría” de quién más puedo hablar creo que el tiempo no alcanza para hacer un recuento. Solo voy a mencionar algunos.
Vamos a concentrarnos en estos cuatro para hacer un resumen de estos siervos de Dios. Gedeón el que estaba escondido por temor a los madianitas, que cuestiono el mensaje del ángel de Dios, que pidió varias pruebas a Dios para estar seguro de que debía hacer lo que Dios le mandaba, el hijo de padres idolatras, el que hizo que Israel se perdiera detrás del efod. ¿De ese me tengo que acordar?
Barac, a este Dios lo llamó y se quedó escondido sin hacer caso, Débora lo tuvo que llamar y decirle ven acá a ti Dios no te mandó a enfrentar a Sísara, su ejército y sus 900 carros herrados. Estaba lleno de pánico y a pesar que sabía que Jehová de los ejércitos estaba con él le responde Si tú no vas conmigo por allí no me aparezco. ¿De ese me tengo que acordar?
Sansón, un hombre escogido por Dios desde antes de nacer, con un voto de nazareo, a pesar de todo el futuro promisorio que tenía fue un gran fracaso. Su vida estuvo dominada por su pasión por las mujeres filisteas y sus deseos personales. Sus hazañas siempre estuvieron ligadas a sus berrinches y no a un deseo genuino por Israel, para colmo los de la tribu de Judá lo toman prisionero y entregan a sus opresores los filisteos. Aunque juzgo durante veinte años nunca cumplió su propósito de liberar a su pueblo de los filisteos, más allá de los grandes estragos que les hizo, no se nos dice como en casos anteriores que fueran tiempos de paz para el pueblo. ¿De ese me tengo que acordar?
Jefté el hijo de una prostituta que sus hermanos habían botado de casa, que andaba con una banda de forajidos. El ejército de Israel estaba preparado y no había un caudillo que lo dirigiera y de ladrón se convierte en juez. ¿De ese me tengo que acordar?
Un momento, con estos currículos como llegaron al salón de la fama, parezco un comentarista deportivo criticando la elección de estos atletas. Mi objetivo…bueno ya lo veremos al final. Ahora demos la vuelta a la moneda.
Gedeón, es cierto que pidió muchas pruebas, pero nunca se rajo en buen cubano o se echó para atrás para el que no me entienda. Comenzó por destruir el altar de su padre, probo a su ejército y se quedó con trecientos hombres para enfrentar un ejército de más de 130 000 hombres. Sin dudas “sacó fuerza de la debilidad”, descendió al campamento de los enemigos y al darse cuenta de lo que Dios estaba haciendo oro allí mismo al Señor. Con una táctica brillante y mucha bulla “pone en fuga un ejército extranjero”. Porque su fe, su confianza la deposito en el Dios de Israel y este no le defraudo. “Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos.” ¿De ese me tengo que acordar!
Barac, es verdad que Débora lo acompaño a la batalla. Estaba en una posición estratégica en la cima de un monte y su enemigo estaba en el valle donde le era mejor maniobrar. La jueza le dice que pelee “porque el SEÑOR marcha delante de ti” también saco fuerza de la debilidad y bajo aquella montaña con un ímpetu extraordinario y su ejército le siguió, era una locura abandonar su posición, pero “Cuando Barac atacó, el SEÑOR llenó de pánico a Sísara y a todos sus carros de combate y a sus guerreros.” La confianza y fe en el Señor lo ayudo a ser “fuerte en batalla” ¿De ese me tengo que acordar!
Sansón, no fue lo que se esperaba es cierto. A pesar de sus errores nunca dejo de confiar en Dios, ni abandono su fe. Cuando el león le ataco el Espíritu de Dios estuvo con él y “le cerro la boca” le mato, cuando los filisteos le engañaron o trataron de atraparle Dios estuvo con él. Cuando producto a su pecado y las mujeres le sacaron los ojos, lo usaron de juguete para divertirse, el oro a Dios una última vez y tuvo “fuerza en la debilidad” ¿De ese me tengo que acordar!Jefté, no te equivoques con su presentación cuando le llamaron para dirigir al ejército de Israel recuerdas lo que dijo “y Jehová los entregare delante de mí” el sería todo un estratega, pero estaba consciente que la victoria solo la daría Dios, cosa extraña en medio de una nación que había olvidado a su Dios. No solo nos asombra por esto, lo hace también por su conocimiento de la historia de Israel y como Jehová había obrado con ellos. En la batalla confió en su Señor y el enemigo fue vencido. ¿De ese me tengo que acordar!
Cuando leo hebreos 11 me admiro de los nombres que están allí, lo que hicieron y como confiaron en Dios, la enorme fe que tuvieron. Los veo como súper héroes inalcanzables. Pero no me daba cuenta de lo equivocado que estaba.
Ahora entiendo porque estos hombres son parte del salón de la fama. Hemos visto primero su lado oscuro, pero su lado luminoso opaca son su brillo sus imperfecciones. Eran hombres pecadores e imperfectos, igual que yo o usted amigo oyente. Los que los hace grande a ellos y lo que nos puede hacer grandes a nosotros también es DIOS y la fe y confianza que depositemos en él. Él es el que nos cambia, nos perdona, nos salva, nos da paz en medio de la tormenta, nos da la victoria en medio de la prueba. Nos hace ganar.
Cuando Dios obra a través nuestro y usa nuestra imperfección hace cosas majestuosas. Solo pongamos nuestra vida en sus manos y el hará el resto. Cuando los libros sean abiertos nuestro nombre también estará en el listado del LIBRO DE LA VIDA.