Estamos nuevamente juntos, para estudiar el maravilloso libro de Rut. Sabía que este es uno de los libros de la Biblia que ha sido impreso por una editorial cubana, no dejes de leer nuestro blog pronto te contaremos sobre eso.
En el episodio anterior nos enfrentamos a una familia en problemas, dejamos a tres mujeres solas ante la pérdida de sus esposos. Imaginemos el dolor de Noemí pierde a su esposo y años después a sus dos hijos en una tierra donde era extranjera.
¿Qué podía hacer con sus nueras? Al parecer se habían quedado sin ningún recurso económico. Así que solas, en dificultades, escases y sin una solución inmediata Noemí se comporta como una suegra ejemplar.
“Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo.” 1:8
Esta es la solución más lógica y práctica. Iban a realizar un viaje largo sin saber lo que se toparían al llegar, a una nación que no era la suya. Lo más justo era pedirles que regresaran con su familia al menos allí tendrían algún tipo de seguridad y sustento. Pero ella va más allá no solo reconoce lo bien que se comportaron con sus hijos ya fallecidos y con ella, también pide al Señor que tenga misericordia de ellas.
En nuestras relaciones en la familia, dentro de la iglesia o con nuestros amigos nos cuesta reconocer lo que hacen, aunque este sea su deber. ¿Acaso estas mujeres no debían ocuparse de sus esposos y asistir a la viuda de su suegra? Era su obligación y aun así Noemí les agradece. El reconocimiento es importante en nuestras relaciones.
Ahora notemos algo ella dice: “Jehová haga con vosotras misericordia”. Era costumbre de aquella época y región que las personas adoptaran los dioses locales, porque estos eran los que brindaban protección. Noemí a pesar de todo el tiempo fuera mantiene la fe en su Dios al que le pide que tenga misericordia con ellas. Esta palabra abarca hechos de misericordia realizados por alguien fuerte en beneficio de alguien más débil[1]. Es posible identificar tres significados fundamentales del vocablo (que siempre interactúan): «fuerza», «constancia» y «amor»[2]. Ella les desea lo mejor a sus nueras.
Lo que sigue está cargado de emoción “Que el SEÑOR les conceda hallar seguridad en un nuevo hogar, al lado de un nuevo esposo. Luego las besó. Pero ellas, deshechas en llanto, alzaron la voz” NVI 1:9 Noemí sigue deseándoles cosas buenas y un nuevo comienzo esa era su oración al Señor. Dios permita que nuestras oraciones siempre sean deseando cosas buenas a los demás. La mayor expresión de amor en el oriente es un beso, que desencadeno como cualquier despedida sentida un mar de lágrimas.
En ese momento de tristeza ellas le dicen: “Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo.” La respuesta de su suegra “Volveos, hijas mías; ¿para qué habéis de ir conmigo?” nos puede parecer cruda, fuerte, todo lo contrario, es humana y práctica. Ella estaba consciente que no podía tener más hijos y aunque así fuera la diferencia de edad sería muy grande como para que esperaran por este para casarse como estipulaba la ley de Moisés.
En nuestra vida como cristianos debemos mantener un equilibrio entre nuestra confianza en Dios y ser prácticos con los pies en la tierra. Noemí no estaba falta de fe, ella confiaba en Dios, sino no se aventurará a realizar un viaje de regreso sola, y aun así no dejaba de ser consciente de su situación.
Y termina: “No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí.” 1:13 Su mayor amargura es que sus nueras enviudaran tan rápido y no tengan un futuro inmediato visible. “la mano de Jehová ha salido contra mí” denota esto desconfianza o recelos contra Dios por lo que le ha sucedido a su familia. Ellos habían abandonado su tierra a un país extraño, sus hijos se casaron con mujeres gentiles. Pienso que el clamor de Noemí reconoce esto, no es un reclamo a Dios, sino su destino hubiera sido otro. Más allá de pensar de esa forma sabía que lo único que podía hacer en ese momento era regresar a Dios. “Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella.” El dolor de una despedida, Orfa se convenció y regreso a su casa, Rut nuestra protagonista a partir de ahora se quedó con Noemí.
Hoy hemos aprendido algunas cosas importantes para nuestra vida en familia y nuestras relaciones en la iglesia o con otros. Primero reconocer lo que hacen los demás, aunque este sea su deber o responsabilidad. Los esposos deben amarse, los hijos deben ser obedientes, los hermanos ayudarse, los amigos deben ser fieles ¿nos damos cuenta de eso y lo reconocemos?
¿Qué deseamos a los demás?, que el Señor los bendiga y los ayude o que caiga un rayo del cielo y los destruya.
Logramos tener un justo equilibrio entre confiar en Dios y ser prácticos en nuestras vidas a la hora de tomar nuestras decisiones.
Cuando la calamidad llega a nuestras puertas, reconocemos que muchas veces tiene que ver con nuestras malas decisiones. O empezamos a culpar a otros incluso a Dios. Y sino es el acaso, aceptamos los designios del todopoderoso o nos enfadamos con él. Hermanos nunca olvidemos que en cualquier situación en la que nos encontremos SIEMPRE DEBEMOS VOLVERNOS A DIOS. “No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos” Pr 3:7,8
[1] Comentario bíblico en español de David Guzik https://es.enduringword.com/comentario-biblico/rut-01/
[2] Diccionario Vine del AT H2617