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Hermanos estamos aquí junto a ustedes estudiando el libro de Rut. Anteriormente dejamos a Rut conversando con Booz en la noche, fue una escena hermosa. Todo salió como había sido planeado. Rut siguió las indicaciones de Noemí, Booz se comportó como era de esperar. Y el testimonio de Rut nuevamente demostró que era una mujer virtuosa.

Todo bien, pero Rut y Noemí seguían en las mismas, ahora todo dependía de Booz. Él había dicho que iba hacer lo que sea necesario, de verdad cumplirá su palabra, se comportará honradamente. Ahora estaba en sus manos la solución al problema de Rut y su suegra. Una cosa es decir “lo que sea necesario” y otra muy distinta cumplir con eso.

Ahora es el momento de Booz actuar.

Y como son todas las cosas siempre existe un pero, hay un pariente más cercano que tiene más derecho. Y en su intento de consolar a Rut le dice: “con todo eso hay pariente más cercano que yo. Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él te redimiere, bien, redímate; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive Jehová.” Le da su palabra, él se va a encargar si el otro no lo hace es su juramento delante del Señor. Si era la voluntad del Señor sería conforme a su designio.

En la mañana y antes que se diera cuenta el resto, Rut se levantó para irse, estaban haciendo algo mal, no para nada. Más parece una medida de precaución para evitar que se supiese el asunto que la había llevado a Booz y este otro pariente tomaras cartas en el asunto.

Como hombre justo “le dijo: Quítate el manto que traes sobre ti, y tenlo. Y teniéndolo ella, él midió seis medidas de cebada, y se las puso encima; y ella se fue a la ciudad.” Hemos hablado mucho de Rut y su testimonio, Booz también es un hombre que tiene un excelente testimonio en su comunidad y sus actos lo respaldan. No permite que se vaya con las manos vacías, los comentaristas dicen que estas seis medidas y no se ponen de acuerdo van desde 60 a 120 litros, una carga bien pesada para llevar por cualquiera.

También nos enseña algo cuando alguien necesita ayuda quizás en ese momento no podamos hacer o dar lo que se demanda, pero como Booz alguna ayuda podemos ir dando en lo que podemos llegar a lo que sería la ayuda definitiva. Otra cosa es la necesidad de que nuestras palabras estén respaldadas por nuestros actos. Él dijo yo me ocupó y en lo que me ocupo ve resolviendo con esto. Cuanto tenemos que aprender y aplicar en nuestras vidas de este maravilloso libro.

Rut vuelve con Noemí llevando su preciosa carga, no se había ido con las manos vacías. “¿Qué hay, hija mía? Y le contó ella todo lo que con aquel varón le había acontecido.” La confianza entre ellas es excelente, Rut le conto todo, Noemí como su guía espiritual debía saber el resultado de todo lo que habían planeado juntas.

Noemí dijo: Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve el asunto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy.” Hay cosas que no se pueden dejar para después, que son necesario resolver ya. Ella sabía que Booz no descansaría hasta aclarar el asunto. Todo ahora estaba en las manos de Dios.

Rut y Noemí conversan

Llegó el momento de actuar y resolver el problema de Noemí y Rut. Booz quién hasta el momento había mostrado cierto interés por la muchacha y no había dejado de ayudarla y favorecerla dice que haría lo fuera necesario, las palabras puede que se las lleve el viento las acciones no.

Aparece un problema con el que aparentemente no contábamos o no sabíamos, existe otro pariente más cercano y que tiene más derecho a tomar a Rut como esposa y redimir a su familia. ¿Era esto lo que deseaba Rut? ¿Está era la voluntad de Dios? Todo parece indicar que no, no obstante, había que cumplir con las reglas establecidas, no se podían saltar. Hermanos que nuestros hechos confirmen nuestras palabras, que no dejemos de extender nuestras manos para ayudar aquellos que lo necesitan, aunque no nos guste no dejemos de hacer las cosas como Dios ha establecido, no saltemos pasos. Dios sabe lo que es mejor para nosotros y sus planes, los mejores del mundo, siempre se llevarán a cabo en nuestras vidas si nosotros obedecemos su palabra y confiamos en su providencia.

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