Nuevamente estamos juntos para compartir la Palabra de Dios. Hoy comenzaremos una nueva serie que dedicaremos a un pequeño libro del Nuevo Testamento, Filemón. Es una carta del apóstol Pablo muy personal que lamentablemente pasa desapercibida por nosotros.
¿Qué tiene de especial para dedicarle una serie? Es lo más parecido a una carta común de la época que podemos encontrar en el Nuevo Testamento, lo que nos ayudará a ver al apóstol no hablando de un tema doctrinal o atacando alguna falsa enseñanza o comportamiento, sino lidiando con un conflicto serio y la propuesta de solución. Aborda además el sistema social imperante, el esclavismo y como lidiaban con este los cristianos. Para mí lo más importante y así llamaremos esta serie es “Una carta llena de amor” al mostrarnos como se manifiesta el amor que sentimos a Dios en nuestros semejantes. Así los invito a leer la Epístola de Filemón y vamos a conocer un poco más sobre este libro de la Biblia.
Filemón es un rico propietario de esclavos que vivía en Colosas o Laodicea, en su casa se reunía la Iglesia. Su nombre quiere decir afectuoso y era cristiano convertido de Pablo posiblemente. La única información que tenemos de él proviene de esta carta.
Pablo es el autor de la carta, preso en ese momento por causa del evangelio. Para no entrar en el debate de los eruditos del lugar y fecha en que se escribió que no aportan nada al contexto de la carta para su interpretación y aplicación. Podemos decir que ya era un hombre viejo, la vida había dejado sus marcas en él y no solo físicas. Había dedicado gran parte de su tiempo a predicar el evangelio a los gentiles y por esta razón había sido perseguido y se encontraba preso. Más allá de eso persistía en continuar cumpliendo su misión, recibía la ayuda de muchos hermanos a los que menciona en sus cartas como Timoteo que es otro de los remitentes de esta.
Y finalmente tenemos a Onésimo un esclavo fugitivo precisamente de Filemón que se ha convertido en cristiano y es uno de los servidores de Pablo. Para entender la magnitud del conflicto que esto representaba necesariamente tenemos que conocer un poco más de la esclavitud en el Imperio Romano.
El esclavo o servi era toda aquella persona carente de libertad y doblegada bajo la voluntad de otra. En el Imperio romano comprendían la base de la economía ya que eran la principal fuente de producción (a causa de ser la mano de obra más barata) y sus trabajos podían ser tan diversos como su señor quisiese. Desde el punto de vista legislativo los esclavos carecían de derechos por ser vistos como pertenencias u objetos, solo el señor de éstos tenía derechos sobre ellos. Al punto de una pérdida total de los mismos, una cesación absoluta de la personalidad.
La esclavitud podía ser una condición horrible en algunas circunstancias. Sin embargo, muchos esclavos eran tratados bien, y muchos tenían la oportunidad de que se les concediera su libertad alrededor de los treinta años de edad. En el Imperio Romano del siglo primero, la esclavitud no era considerada como algo terriblemente degradante; simplemente se veía como parte esencial de la cultura y la economía. Cerca de un tercio de la población estaba compuesta de esclavos. Esto nos da una mínima idea de lo que significaba hablar de esto tanto para el mensaje liberador del Evangelio, como para el Imperio Romano como tal. Sin duda alguna el manejo de este tema era bastante complicado Por todo esto un esclavo fugitivo estaba a merced del castigo que le impusiera su amo que podía ser incluso la muerte. Un protector de esclavos fugitivos también estaba expuesto a ser castigado por la ley y tenía el deber de resarcir los daños y prejuicios que le hubiera ocasionado el esclavo a su dueño. Esto nos da la magnitud del conflicto al que se enfrentaban esos tres cristianos, una situación nueva y difícil, por un lado, lo que era costumbre en la sociedad por otro ¿Cómo solucionarlo desde el punto de vista de la fe?
¿Por qué estudiamos esta carta? ¿Por qué decimos que está llena de amor? se trata de una carta muy personal, sin el desarrollo de ningún tema de doctrina. Sin embargo, precisamente el carácter doméstico, familiar, el tono íntimo de la carta, en la cual casi siempre se usa la segunda persona del singular, arrojan una valiosísima luz sobre la forma en que el apóstol Pablo se trataba con sus hermanos en Cristo.
Nos da un precedente de cómo solucionar conflictos personales que parten de lo establecido por la sociedad. ¿Cuál fue el camino escogido? No fue el de la protesta para cambiar el sistema social, sino el del perdón y el amor, que no deja de ser revolucionario y a la larga produjo los cambios necesarios para la eliminación de la esclavitud. Como evitaríamos conflictos y problemas en la iglesia si siguiéramos el consejo de Pablo al mirarnos unos a otros “para que le recibieses para siempre; no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado” si cada uno de nosotros nos tratáramos, así como hermanos amados.