El 6 de mayo del 2022 será un día que muchos no olvidaremos en Cuba. Cerca de las 11 de la mañana una explosión conmociono a La Habana. El emblemático Hotel Saratoga, cinco estrellas plus, había explotado. Sus paredes cayeron, la onda expansiva causo afectaciones y derrumbes en edificios vecinos, el Templo de una Iglesia Bautista, un teatro, una asociación religiosa afrocubana, una escuela y hasta el capitolio.
Recuerdo que cuando alguien me dio la noticia con muy poca información no le di importancia, cuando vi las imágenes me llenaron de dolor y tristeza. Pensé en todas esas personas que se levantaron un día normal fueron a sus trabajos, escuela o como esa pareja de turistas españoles recién llegados a Cuba que paseaban por el lugar. Y fue el último para ellos.
En solo segundos todo cambio, una explosión de la que aún se investigan las causas, ruido, derrumbes, polvo, caos, muerte y destrucción. En pocos minutos se llenó el lugar de policías, bomberos, paramédicos, rescatistas, personal de la cruz roja, constructores, voluntarios, perros, entre tantos otros. Así permaneció por varios días hasta que sacaron el último cadáver, 45 en total.
Hoy mi país está en duelo y no dejo de preguntarme como cristiano ¿Qué lecciones me enseña lo sucedido en el Hotel Saratoga? ¿Estamos listos para presentarnos delante de Dios ahora mismo?
1 La Fragilidad de la vida
Ninguno de los accidentados o los fallecidos se imaginó que algo así le sucedería ese día. Vamos pasando por la vida pensando que tenemos mucho tiempo todavía y olvidamos el viejo refrán “lo único seguro es la muerte”
Si la muerte llegará en este instante estaría listo. ¿Tendría mi cuenta saldada? Alguien puede decir yo soy cristiano, ya Cristo la saldo por mí. Y es cierto ¡Gloria a Dios! por eso.
Pero en qué condiciones estaríamos nosotros. Alguien por perdonar “anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” Mateo 5:24 llenos de ira con alguna persona “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” Efesios 5: 31,32
Hemos tenido la oportunidad de hacer el bien y no lo hemos hecho. “Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.” Mateo 25:40
Me habré ejercitado en la piedad los suficiente (1 Timoteo 4:7) como para ser “un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” Efesios 4:13.
Si en este momento me preguntará o le preguntará a usted mi hermano ¿Cómo está tu nivel espiritual frío, tibio o caliente? La respuesta de muchos incluyéndome es tibio y olvidamos que a estos el Señor dice los “vomitaré de mi boca” Apocalipsis 3:16
Por eso no dejo de preguntarme ¿Estamos listos para presentarnos delante de Dios ahora mismo?
2 La necesidad de interceder
Cuantos hijos, hijas, madres, esposas, padres, esposos, abuelas, abuelos, niños murieron. Estamos conscientes de la necesidad de orar todos los días por nuestra familia, de preocuparnos por ella.
Una de las imágenes más elocuentes de estos días es la de una mujer con su Biblia delante y sus manos hacia el cielo orando a Dios. “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.” Ezequiel 22:30
Oramos por el consuelo a los que han perdido un familiar, por los que están lesionados en un hospital, por encontrar alguien con vida, por los rescatistas y la labor que estaban haciendo, por los médicos que atienden a los enfermos, por los que han perdido su casa que en las condiciones que estuviera era su hogar, por los gobernantes y líderes que tomaran las mejores decisiones.
Pero esto es algo que debemos hacer siempre “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres” 1 Timoteo 2:1. Es parte del ministerio de cualquier cristiano y no lo hacemos.
Jesús es un gran ejemplo de intercesor el oro por usted y por mí hace muchos años “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos” Juan 17:20
Cómo vamos a cumplir “llorad con los que lloran” Romanos 12:15 sino nos ponemos delante de la presencia del que todo lo puede intercediendo por el dolor de otros.
Por eso no dejo de preguntarme ¿Estamos listos para presentarnos delante de Dios ahora mismo?
3 La necesidad de compartir el evangelio
Todos los días tenemos personas a nuestro alrededor que no conocen a Dios. Es más, algunos de ellos los vemos, conversamos, conocemos sus familias, sabemos dónde viven los consideramos amigos y nunca le hemos hablado acerca de la necesidad de conocer a Cristo como su Salvador.
Y no sabemos cuándo dejaremos de verle y es en ese momento cuando no hay nada que hacer que nos lamentamos y decimos pensé que todavía tenía tiempo de compartir el evangelio con él.
No debemos olvidar que la advertencia “he aquí ahora el día de salvación” 2 Corintios 6:2 no solo es para el que recibe el mensaje, es también para el que tiene la obligación de proclamarlo “¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” Romanos 10:14. Tuvimos un día de salvación porque alguien nos predicó, cuantos están perdiendo esa oportunidad porque nosotros no hacemos lo mismo.
Acaso no es lo más grande que nos ha sucedió en nuestras vidas, no es lo que nos permite contestar afirmativamente a la pregunta
¿Estamos listos para presentarnos delante de Dios ahora mismo?
Vivamos como lo que somos, CRISTIANOS, que la fragilidad de la vida nos lleve a comportarnos como Jesús lo haría en cada momento y así nuestro testimonio sea una luz que pueda llevar a otros a Cristo. Que nuestras oraciones por los demás, por sus carencias, también sean para que sean alcanzados “según el glorioso evangelio del Dios bendito” 1 Timoteo 1:11. Que no nos cansemos de ir por el mundo predicando el evangelio y “cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo” Lucas 8.39