Estudio sobre el nacimiento de Sansón
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TRANSCRIPCIÓN
“Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de los filisteos por cuarenta años.13:1” Hermanos, medio que este patrón ya nos cansa. Cada vez que lo leo me preguntó ¿Acaso mi vida es diferente a la del pueblo de Israel?
Ya le comentamos algo acerca de los filisteos los archienemigos de Israel en el episodio que estudiamos a Samgar. Hoy más que hablar de un juez de Israel, vamos hablar de los padres del mismo.
“Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril, y nunca había tenido hijos. 13:2”¿qué podemos decir de ellos?, eran judíos piadosos. Zora era una ciudad que estaba a unos 22 km al oeste de la ciudad de Jerusalén.
El ángel de Jehová aparece a la mujer y le dice que va a tener un hijo “el niño será nazareo para Dios desde su nacimiento, y comenzará a salvar a Israel de manos de los filisteos 13:5”. Lo primero que debemos notar es que este niño no es cualquiera, Dios lo había escogido desde antes de su nacimiento para salvar a su pueblo. Cuantas ilusiones, que futuro más promisorio y que decepcionante después.
El voto de nazareo incluía primero no beber bebidas alcohólicas ni comer productos de la uva, no cortarse el cabello y no se podía acercar a cualquier cosa muerta. Este era un voto que se hacía por un tiempo, en el caso de Sansón debía ser toda su vida. Tenía que ser una persona que tuviera a Dios como el centro de su vida, por encima de cualquier cosa. Cumpliría su propósito si tenía una estrecha relación con Dios.
Imagínense la alegría de esta mujer, corrió a darle las nuevas a su esposo. El texto nos dice que Manoa oro al Señor: “Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, vuelva ahora a venir a nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer.13:8” Primero el hombre creyó en las palabras de su mujer, confió en la promesa del Señor y pidió a Dios que lo guiara a hacer las cosas correctamente con el niño. Ojalá la oración de todos los padres fuera esta Señor enséñame qué hacer con mis niños, cuantas cosas serían diferentes.
“Y Dios oyó la voz de Manoa 13:9” el ángel vuelve aparecer a la mujer quien busca prontamente a su esposo. Algunos piensan que este ángel es Jesús al darse el nombre de admirable. Ofrecieron sacrificio a Jehová y el ángel hizo un milagro delante de ellos y conocieron que estaban no delante de cualquier varón o mensajero de Dios, era el ángel de Jehová estaban delante de Dios.
Veamos el dialogo entre ellos:
“Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto. Y su mujer le respondió: Si Jehová nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el holocausto y la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto.”
Jueces 13:22,23
El marido respondió desde su conocimiento (Ex 13:20 “No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá”) y la mujer lo hizo desde su fe y animo a su esposo, Dios no ha hecho todo esto por gusto, él ha aceptado nuestra ofrenda porque le hemos agradado. Ella tampoco critico a su esposo por su manera de pensar más bien le ánimo, esa es la forma correcta de hacer las cosas. Y la promesa se cumplió “Y la mujer dio a luz un hijo, y le puso por nombre Sansón. 13:24”
Hoy hemos visto como el pueblo de Israel se aparta nuevamente de Dios. Pero no todo está perdido, un matrimonio que no puede tener hijos sigue siendo fiel a Dios, por esta razón es escogido y bendecido. Nuestro mundo no quiere saber de Dios, nosotros nos dejamos arrastrar por él o nos mantenemos fieles a Dios como Manoa y su esposa.
Cuantos problemas nos evitaríamos si nuestras oraciones se parecieran a la de este hombre: Señor enséñanos lo que debemos hacer, Padre ayúdame a aplicar tu palabra a lo que estoy pasando en mi vida en estos momentos, Dios guíame en la forma que debo educar a mis hijos, Jesús ayúdame a encontrar la forma de mantener mi familia unidad.
Podremos poner nuestra ofrenda en el altar sin preocupaciones, sabiendo que seremos bendecidos como lo fueron ellos.
“Y el niño creció, y Jehová lo bendijo. Y el Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él…”
Jueces 13:25
Sansón fue un gran hombre, se destacó por su gran fortaleza, pero esa fuerza no estaba en sus músculos sino en Dios. Recuerde solo Dios nos puede hacer hombres y mujeres fuertes para enfrentar los enemigos del pueblo de Dios.