Hola hermanos ya estamos en el capítulo 2 del libro de Rut. Seguimos la vida de dos mujeres viudas que llegaron a Belén sin nada en los bolsillos. Las dos han mostrado fe y confianza en Dios y sí hay algo que he aprendido es que Dios nunca nos defrauda, ya lo decíamos en el estudio anterior Jehová el Todopoderoso tiene el control de todas las cosas. Lo que nosotros llamamos providencia y este es un ejemplo de eso.
Ahora se nos presenta el otro personaje importante de esta historia: “Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz.”es un pariente de su marido, un hombre rico y poderoso. Cuando la crisis que llevo a Elimelec abandonar a su pueblo, este se quedó como tantos otros y sobrevivió como la mayoría de los habitantes de la ciudad de Belén. Dios cuido de ellos, y esto es una gran lección para nosotros hoy.
Ya sabemos que era el tiempo de la cosecha. Rut pide permiso a su suegra para ir a los campos. La ley establecía que los campos no se cosecharan por completo que siempre se dejará algo para los pobres, los huérfanos y las viudas. Este es un sistema de ayuda muy interesante, no se les decía que apartaran algo para dárselo a los necesitados, se les decía que dejaran algo para que el necesitado también fuera y trabajara para recoger su sustento honradamente.
Una persona que tiene necesidad puede orar al Señor y pasarse tiempo haciéndolo y está bien, pero también hay que actuar buscar opciones y era lo que estaba haciendo Rut. El texto nos dice: “Fue, pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec.”
Rut es una mujer laboriosa y puede pensar el ingenuo por eso la suerte le favorece, mira qué casualidad a donde fue a dar. No, esto es la manifestación de la providencia de Dios, del cuidado que tiene por nosotros, de la respuesta a las oraciones. Y sabe lo que pasa con esto que sucede tan natural que no nos percatamos de la mano de Dios obrando a nuestro favor.
“4 Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: Jehová sea con vosotros. Y ellos respondieron: Jehová te bendiga. 5 Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: ¿De quién es esta joven?”
Este saludo nos habla de la religiosidad del pueblo rural en el tiempo de los jueces, habían personas devotas al Señor. Booz inspecciona el campo e inmediatamente se da cuenta de la presencia de Rut. No pensemos mal por su pregunta ¿De quién es esta joven? Recordemos que en aquella época una mujer era la hija, la esposa o la sirviente de alguien.
La respuesta del mayordomo del campo habla muy bien de Rut. ¿Qué imagen proyectaremos nosotros en los demás? Él dice ella es la extranjera que vino con Noemí, me pidió permiso y yo se lo concedí, es más desde que llegó ha estado trabajando sin parar ni molestar. Concentrada en lo suyo.
No creo que podamos hablar de amor a primera vista, pero en la conversación entre los dos sus chispitas hubo. “Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas. 9 Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados.” cuanta atención con la muchacha.
Rut no se aprovecha de su hospitalidad nos dice el texto “Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera?” Nuevamente tu reputación te antecede, tu testimonio habla bien de ti a pesar de que eres una viuda pobre. “He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes.” Tu sacrificio es digno de admiración y respeto. Y termina diciéndole: “Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.”
Dios tiene el control de todo. Rut era una extranjera en Belén, pero su reputación, su testimonio hablaba por ella y las personas de la ciudad lo reconocían. Ella podía haberse quedado en casa lamentándose y orando por su situación, más no lo hizo. Se levantó y fue al campo a trabajar y buscar su sustento honradamente.
Fue a dar al campo de Booz el pariente del esposo de Noemí, que mundo más chiquito, no para nada qué grande es la providencia del Señor para sus hijos. Hayo gracia con el capataz del campo porque sus palabras se correspondían con sus hechos.
Que ese mismo día Booz decidiera supervisar el trabajo en el campo y se encontrará con ella, las cosas de Dios. Sus palabras “Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel” no percibía que él mismo sería el escogido por Dios para cumplir esa bendición. Es más ya lo estaba haciendo. Hermanos Booz tenía razón y lo mismo aplica a nosotros hoy, Dios recompensará a todos aquellos que como Rut hemos confiado en Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas hemos venido a refugiarnos.