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Que maravilloso es saber que somos un linaje escogido por Dios. Por eso reciban un afectuoso saludo mis hermanos. Recuerdan todas las bendiciones que los ancianos dieron a la pareja y como Dios bendijo esta unión dándoles la posibilidad de tener un hijo.

Ya hoy llegamos al final de nuestro viaje por el libro de Rut, una historia fascinante que nos acerca a la vida de Israel y como Dios ha organizado todo en su plan de redimir al hombre, a nosotros.

Todavía nos quedan algunos cabos sueltos. ¿Qué sucedió con Noemí? ¿Qué paso con el niño? ¿Por qué es importante esta historia? Allá vamos ahora mismo.

Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos.”

Rut y Noemí

Es cierto que el libro se llama Rut, pero Noemí también es un personaje principal. Piense que después de las calamidades que le acontecieron en Moab, hubiera decidido no regresar y abandonar a Dios y a su pueblo. Rut nunca se habría convertido al Dios de Israel.

Noemí llego a Belén lamentando su estado, incluso pensando que Dios mismo se había vuelto contra ella. Sin esposo ni hijos, ahora el nacimiento del niño, su nieto, por el que alaban a Dios las mujeres significa el comienzo de una nueva etapa, una nueva familia que continua la anterior. Rut es una hija y su familia ha sido restituida. Que gran bendición para una mujer que había perdido la esperanza, Dios es fiel.

Puede que no veamos todo el panorama y mucho menos el tiempo de Dios. Nos parezca que sufrimos más allá de lo razonable, que Dios se olvidó de nosotros. Eso era lo que pensaba Noemí “en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso”, aun así, se mantuvo en el pueblo de Dios, hizo las cosas bien, siguió depositando su fe en Dios. Por gusto, no que va, dice el texto: “Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su aya.” Tuvo la bendición de ver su nieto, la continuidad de su familia, cargarlo y ser la persona que lo criará y le instruyera.

Rut y su hijo Obed

Sin embargo, no pudo ver todo el cuadro que Dios estaba pintando desde antes y continuaría pintando tiempo después. “Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed. Este es padre de Isaí, padre de David.” Obed que quiere decir (adorador o siervo) es el abuelo del rey David. Es el plan de Dios hermanos que nos lleva a Jesucristo.

Por Noemí, Rut, Booz y Obed es que María y José tienen que ir a la ciudad de Belén y es la razón por la que Jesús nació en esta ciudad. Desde la misma creación Dios concibió un plan para salvar al hombre y por donde quiera que miremos el AT vemos la mano de Dios obrando para cumplir ese plan en la persona de Jesús.

La genealogía con la que termina el libro es una prueba de esto. Nos lleva a David y este rey nos lleva a José a quién se le dice: “llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” Mt 1:21

Rut es la historia de la redención de una familia y nos presenta la historia de la redención humana, como Noemí perdimos todo por irnos del cuidado de nuestro Señor por causa del pecado. El Señor al hacerse hombre se convierte en nuestro pariente que nos puede redimir, pariente que también nos ama. Booz se casó con Rut después de hacer su acto de redención. El acto de redención de Cristo fue su muerte en la cruz y de la misma forma se casó con la iglesia. Ya lo dijimos Dios es fiel.

Y llegó el final del libro. Comenzamos con una familia en problemas por abandonar el pueblo de Dios en una época de crisis, lo que trajo consecuencias para ellos. Los hombres terminaron muertos. Noemí la israelita decide emprender el viaje de regreso a la tierra prometida y de esta forma Rut se convierte a Jehová de los ejércitos. Aun así, se lamenta de su suerte y su desgracia “Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías.”

El libro es una muestra de la providencia de Dios, como las cosas que se van sucediendo son porque el Señor las permite para cumplir su propósito. Ahora mismo muchos de nosotros estamos atravesando por momentos difíciles, podemos sentirnos como la suegra de Rut: “en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso” como estas dos mujeres que no perdieron la confianza y la fe en ese mismo Dios tampoco lo hagamos nosotros.

De todo aquello salió la línea que nos lleva a la llegada del Mesías. Él es nuestro Salvador, nuestro redentor, a quien un día como hizo Rut decidimos rendirnos. Oh hermanos y bajo sus alas podemos estar seguros. En medio de la adversidad, el dolor, la enfermedad, la pérdida o la escases, nos da consuelo, paz, alegría, razones para estar vivos. 

También debemos aprender de lo que ellas aprendieron. Debemos aprender que el plan de Dios es perfecto y lleno de amor y aun cuando no podemos determinar lo que Él está haciendo y podemos llegar a desesperarnos, Él sabe lo que está haciendo. Debemos aprender que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Romanos 8:28.)[i]

Y cuando la noche es más oscura y comencemos a ver el alba también podremos decir “Loado sea Jehová

Rut finalmente fue bendecida con un hijo

Y llegó el final del libro. Comenzamos con una familia en problemas por abandonar el pueblo de Dios en una época de crisis, lo que trajo consecuencias para ellos. Los hombres terminaron muertos. Noemí la israelita decide emprender el viaje de regreso a la tierra prometida y de esta forma Rut se convierte a Jehová de los ejércitos. Aun así, se lamenta de su suerte y su desgracia “Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías.”

El libro es una muestra de la providencia de Dios, como las cosas que se van sucediendo son porque el Señor las permite para cumplir su propósito. Ahora mismo muchos de nosotros estamos atravesando por momentos difíciles, podemos sentirnos como la suegra de Rut: “en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso” como estas dos mujeres que no perdieron la confianza y la fe en ese mismo Dios tampoco lo hagamos nosotros.

De todo aquello salió la línea que nos lleva a la llegada del Mesías. Él es nuestro Salvador, nuestro redentor, a quien un día como hizo Rut decidimos rendirnos. Oh hermanos y bajo sus alas podemos estar seguros. En medio de la adversidad, el dolor, la enfermedad, la pérdida o la escases, nos da consuelo, paz, alegría, razones para estar vivos. 

También debemos aprender de lo que ellas aprendieron. Debemos aprender que el plan de Dios es perfecto y lleno de amor y aun cuando no podemos determinar lo que Él está haciendo y podemos llegar a desesperarnos, Él sabe lo que está haciendo. Debemos aprender que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Romanos 8:28.)[i]

Y cuando la noche es más oscura y comencemos a ver el alba también podremos decir “Loado sea Jehová


[i] The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik

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