Hola hermanos el Señor este con nosotros. En el episodio anterior comenzábamos el estudio de la carta a Filemón. Hacíamos una pequeña introducción, hablábamos de los personajes principales, presentábamos el problema de la esclavitud y la posición en la que esta ponía al Apóstol Pablo, el esclavo Onésimo y su amo Filemón. ¿Cómo podía manejar esta situación el naciente cristianismo? ¿De qué forma la solución dada nos puede ayudar a lidiar con problemas similares en el siglo XXI? A responder estas preguntas dedicaremos gran parte de la serie.
Aunque ya les adelantábamos algo la semana pasada, …recuerdas. Te decíamos que para nosotros era una carta llena de amor. Y es el amor el hilo conductor de esta serie. Ya empezamos. Podemos decir qué es una carta llena de amor a una familia cristiana.
¿Cómo se presenta el Apóstol? “Pablo, prisionero de Jesucristo” no es la presentación habitual que vemos en el resto de sus cartas en las que usa su autoridad como Apóstol. Esta es una carta personal, en la que va a tratar un tema sensible y hacer una petición particular. Elude usar su título para no ejercer presión en su interlocutor.
Aunque no deja de ser una presentación, como prisionero, no de Roma (que era su estatus legal), de Jesucristo. Por el anunció del evangelio de Jesús por esa razón estaba prisionero y lo más importante no le importaba, es más era un orgullo estar en esa condición. Cuanto amor y devoción por Cristo, ¡Cuánto deberíamos de aprender de Pablo! Como no decir “el morir me es ganancia”
Menciona a Timoteo, su fiel colaborador, desde que le conoció se ha mantenido a su lado sirviéndole, aprendiendo y representándole. No es esta una expresión de amor de padre a hijo espiritual, de discípulo y maestro. Este es un excelente modelo de discipulado y formación de líderes que debemos seguir. Formar un ministro lleva tiempo, esfuerzo, dedicación y ejemplo diario. Es muy probable que por su trabajo en esta zona fuera conocido por ellos.
“…al amado Filemón, colaborador nuestro” escucho como llama al hermano AMADO y COLABORADOR. ¿Cómo nos llaman nuestros ministros en la iglesia? Como nos tratan nuestros hermanos en la congregación, o mejor ¿Cómo es el trato entre nosotros? Nos llamamos hermanos, pero… lo sentimos así. En el próximo capítulo vamos a profundizar un poquito más en este hombre.
“…y a la amada hermana Apia, y a Arquipo…” ahora se nos presenta el resto de la familia[1] la esposa y el hijo, como plantea un comentarista ellos también deberían estar informados del asunto que tenía relación con la economía familiar. La esposa Apia cuyo nombre quiere decir fructífera o provechosa, también recibe el trato de amada. Arquipo el hijo, era uno de los pastores de la iglesia, note la referencia de “compañero de milicia” en la lucha por causa del evangelio. Pablo veía la vida cristiana como una lucha constante por alcanzar a todos con el evangelio y contra las huestes espirituales de maldad. Esta expresión también nos puede indicar que había sufrido como Pablo por causa del evangelio.
Si compara esto con la aparente amonestación de la carta a Colosas “Decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor” Col 4:17 nos damos cuenta de los lazos de hermandad y la preocupación que tenían unos por otros. Dios permita que en su iglesia exista la misma preocupación entre sus ministros.
Y por último dice: “y a la iglesia que está en tu casa” era lo común las congregaciones se reunían en casa y allí alababan a Dios. No fue hasta el tercer siglo que se utilizaron locas solo para esto. Llevo muchos años reuniéndome en iglesias en casas de los hermanos se convierten en muy familiares donde todos se preocupan por todos y se respira era amor. En cualquier época es una gran responsabilidad siempre disponible para los hermanos y las reuniones en tu vivienda.
No me cabe duda alguna la familia de Filemón no solo es cristiana, es un ejemplo de hogar que sirve al Señor. Y este saludo del Apóstol destila amor por estos hermanos. Y termina: “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” La gracia vista como el favor inmerecido de Dios por medio del sacrificio de Jesús en la cruz, lo que nos reconcilia con el Padre y nos trae paz bienestar personal en nuestras vidas.
Es nuestro deseo que usted se llene y se impregne del amor que tiene la carta hacía sus hermanos, la congregación, su familia entre tantos otros. Pablo no comienza ejerciendo autoridad, presenta su estado de prisionero por Jesucristo.
Al saludar a los hermanos los llama amados, porque para él lo son. Está pendiente de su obra y de sus necesidades. No solo nos da ejemplo de la labor pastoral de Pablo hacía Filemón, también nos pone el ejemplo de una familia cristiana querida por hermanos de otros lugares.
Es el amor el vínculo perfecto que nos va ayudar en todo momento. Este saludo así nos lo demuestra es una carta llena de amor a una familia cristiana.
[1] La mayoría de los comentaristas lo ven de esta manera.